Maharaja Yudhisthira dijo, “Oh Señor de señores, Sri Krsna, todas las glorias a Ti! Oh amo del universo. Sólo Tú eres el origen de los cuatro tipos de entidades vivientes, - las nacidas de huevo, las nacidas de la exudación, las nacidas de semillas y las nacidas de embrión. Sólo Tú eres la causa de todo, Oh Señor y en consecuencia, Tú eres el creador, sustentador y destructor. Mi Señor, me has explicado gentilmente el día auspicioso conocido como Sat-tila Ekadasi, el cual ocurre durante la quincena oscura del mes de Magha (Enero-Febrero). Ahora por favor explica el Ekadasi que ocurre durante la quincena clara de este mes. Por qué nombre es conocido, y cual es el proceso para observarlo? Cual es la Deidad que se adora en este día sublime que es tan querido para Ti? “. El Señor Sri Krsna replicó, “Oh, Yudhisthira, te referiré con agrado sobre el Ekadasi que ocurre durante la mitad clara del mes de Magha. Este Ekadasi oblitera toda clase de reacciones pecaminosas e influencias demoníacas que afectan al alma espiritual. Es conocido como Jaya Ekadasi y el alma afortunada que observe un ayuno en este día sagrado es liberada de la gran carga de la existencia fantasmal. En tal sentido, no hay un Ekadasi mejor que éste, pues verdaderamente dispensa la liberación del nacimiento y la muerte. Debe ser honrado muy cuidadosamente y con diligencia. Luego, te pido que Me escuches con mucha atención, Oh Pandava, la explicación de un maravilloso episodio histórico respecto a este Ekadasi, un episodio que ya He relatado en el Padma Purana. Hace mucho, mucho tiempo, en los planetas celestiales, el Señor Indra gobernaba su reino celestial muy bien y todos los semidioses que vivían allí estaban muy felices y contentos. En el Bosque de Nandana, el cual estaba hermosamente adornado con flores parijata, Indra bebía ambrosía toda vez que lo deseaba y disfrutaba el servicio de cincuenta millones de doncellas celestiales, las Apsaras, quienes danzaban en éxtasis para su placer. Muchos cantores, conducidos por Puspadanta, cantaban con voces dulces sin comparación. Citrasena, el principal músico de Indra, estaba allí en compañía de su esposa Malini y su hermoso hijo Malyavan. Una Apsara de nombre Puspavati se sintió muy atraída por Malyavan; ciertamente, las agudas flechas de Cupido horadaron lo profundo de su corazón. Su hermoso cuerpo y cutis, junto con los encantadores movimientos de sus cejas, cautivaron a Malyavan. Oh rey, escucha mi descripción de la espléndida belleza de Puspavati: ella tenía brazos incomparablemente agraciados, con los cuales abrazar a un hombre como un fino lazo de seda; su cara era como la luna; sus ojos de loto llegaban casi hasta sus encantadores oídos, adornados con maravillosos aretes; su delgado y adornado cuello parecía una caracola; su cintura era muy angosta, del tamaño de un puño; sus caderas eran anchas, y sus piernas como los troncos de los árboles bananeros; sus rasgos naturalmente hermosos se complementaban con espléndidos ornamentos y adornos; sus pechos eran enhiestos, y mirar sus pies era como contemplar lotos rojos recién brotados. Al ver a Puspavati en toda su belleza celestial, Malyavan fue hechizado de inmediato. Ellos habían acudido con otros ejecutantes para complacer al Señor Indra, cantando y danzando encantados, pero dado que se habían enamorado tanto el uno del otro heridos en el corazón por las flechas de Cupido, la lujuria personificada, ellos eran totalmente incapaces de cantar o danzar con propiedad delante del señor y amo de los reinos celestiales. (1) Su pronunciación era incorrecta y su ritmo descuidado. El Señor Indra comprendió el origen de sus errores de inmediato. Ofendido por la desarmonía en la ejecución musical, se enojó mucho y gritó, ‘Ustedes, necios inútiles! Pretenden cantar para mí mientras se hallan estupefactos por la atracción entre ambos! Ustedes se están burlando de mí! Los maldigo a ambos para que sufran de ahora en adelante como pisacas (duendes). Como marido y mujer, vayan a las regiones terrenales y cosechen los frutos de sus ofensas’. Conmovidos profundamente por estas rudas palabras, Malyavan y Puspavati de inmediato se pusieron serios y cayeron del hermoso Bosque Nandana en el reino del cielo al pico del Himalaya que está aquí, en el planeta Tierra. Enormemente afligidos y con su inteligencia celestial ampliamente disminuída por los efectos de la tremenda maldición de Indra, ellos perdieron los sentidos del gusto y del olfato, e incluso el sentido del tacto. Hacía tanto frío y era algo tan inhóspito en la cumbre de los Himalayas, cubiertas de nieve y hielo que ni siquiera podían disfrutar del alivio del sueño. Deambulando sin rumbo aquí y allá por esas rigurosas alturas, Malyavan y Puspavati sufrían y sufrían, continuamente. Pese a estar situados en una cueva, debido a la caída de la nieve y el frío, sus dientes castañeteaban sin cesar y sus cabellos estaban erizados debido a su miedo y confusión. En esa situación totalmente desesperada, Malyavan dijo a Puspavati, ‘Que abominable pecado hemos cometido para sufrir en estos cuerpos pisaca, en este medio ambiente imposible? Esto es absolutamente infernal! Aunque el infierno es muy terrible, el sufrimiento que estamos padeciendo aquí es incluso más abominable. Por consiguiente, es evidentemente claro que nadie debe cometer jamás ningún pecado’. Y así pues los amantes desdichados caminaron con gran esfuerzo por la nieve y el hielo. Mas hete aquí que para su gran buena fortuna, sucedía que ese día era Jaya Ekadasi, el Ekadasi de la quincena clara del mes de Magha. Dado que en su miseria ellos desestimaban tomar ninguna agua, matar ningún gamo o siquiera comer cualesquiera frutos y hojas estuvieran disponibles a esa altura, observaron Ekadasi sin saberlo, ayunando completamente de toda comida y bebida. Hundidos en la miseria, Malyavan y Puspavati cayeron desmayados a los pies de un árbol pipala sin intentar siquiera ponerse de pie. El Sol para ese momento ya se había puesto. La noche fue aún más miserable y fría que el día. Temblaban por la nieve congelada que caía, y sus dientes castañeteaban sin cesar, y al quedarse entumecidos, se abrazaron meramente para mantenerse en calor. Atrapados en su abrazo, no pudieron disfrutar ni del sexo ni del sueño. Así pues, ellos sufrieron durante toda la noche por la poderosa maldición de Indra. Empero, Oh Yudhisthira, por la misericordia del ayuno que ellos habían tenido oportunidad de observar en Jaya Ekadasi, y dado que habían estado despiertos toda la noche, fueron bendecidos. Por favor oye ahora lo que sucedió al día siguiente. Al amanecer de Dvadasi, Malyavan y Puspavati habían abandonado sus formas demoníacas y nuevamente eran seres celestiales hermosos, con brillantes adornos y vestidos exquisitos. Al mirarse el uno al otro asombrados, un aeroplano celestial (vimana) llegó hasta ese lugar. Un coro de ciudadanos celestiales entonaron sus plegarias mientras la pareja ingresaba al hermoso avión y se dirigía directamente a las regiones celestiales, coreados por los buenos deseos de todos. Pronto Malyavan y Puspavati llegaron a Amaravati, la ciudad capital del Señor Indra, y seguidamente se presentaron de inmediato ante su señor y le ofrecieron sus encantadoras reverencias. El Señor Indra estaba atónito al ver que habían recuperado su nivel y formas originales en tan poco tiempo luego que los hubiera maldecido para que sufrieran como demonios, muy, muy debajo de su reino celestial. Indra les preguntó, “Qué extraordinarias y misteriosas acciones han realizado que pudieron abandonar sus cuerpos pisaca tan rápidamente, luego que yo los maldijera? Quién los liberó de mi irresistible maldición? ‘Malyavan replicó, Oh Señor, fue por la misericordia de la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Vasudeva y también por la poderosa influencia de Jaya Ekadasi que hemos sido liberados de nuestra doliente condición como pisacas. Esta es la verdad, Oh amo: Dado que ejecutamos servicio devocional al Señor Visnu, observando Jaya Ekadasi, el día más querido para El, hemos sido felizmente devueltos a nuestro nivel anterior’. Indra dijo, ‘Dado que han servido al Señor Supremo Kesava, observando Ekadasi, se han vuelto adorables incluso por mí y puedo ver que ahora están completamente purificados del pecado. Quienquiera se ocupe en el servicio devocional al Señor Hari o el Señor Siva, se vuelve digno de elogio y adoración incluso por mí. De esto no hay duda’. El Señor Indra seguidamente concedió a Malavyan y Puspavati libertad de disfrutar el uno del otro y deambular por su planeta celestial. En consecuencia, Oh Yudhisthira, uno debe observar estrictamente un ayuno en el día del Señor Hari, especialmente en Jaya Ekadasi, que libera del pecado de matar incluso a un brahmana nacido dos veces. Una gran alma que observe este ayuno con plena fe y devoción, ha en efecto concedido toda las clases de caridad, realizado toda clase de sacrificios y bañado en todos los lugares santos de peregrinaje. Ayunar en Jaya Ekadasi califica para residir en Vaikuntha y disfrutar de una felicidad sin fin por billones de yugas, ciertamente, para siempre. Oh gran rey, quien siquiera oiga o lea estas glorias de Jaya Ekadasi obtiene el bendito mérito de realizar un sacrificio Agnistoma, durante el cual se recitan los himnos del Sama-veda”. Así termina la narración de las glorias de Magha-sukla Ekadasi o Jaya Ekadasi del Notas 1.Kamadeva, la lujuria personificada, tiene cinco nombres conforme al diccionario Amara-kosa: kandarpa darpako ‘nanga kamah pañca-saraih smarah. “Cupido tiene cinco nombres: (1) Cupido; (2) Darpaka, “aquel que previene los sucesos futuros”; (3) Ananga, “Ananga, “aquel que no tiene cuerpo material”; (4) Kama, “la lujuria personificada”y (5) Pañca-saraih, “aquel que sostiene cinco flechas”. Kandarpa. En el décimo capítulo del Bhagavad-gita (10.28), el Señor Krsna dice, prajanas cäsmi kandarpah: “De las causas de la procreación, Yo soy Kandarpa”. La palabra kandarpa también significa “muy hermoso”. Kandarpa apareció como el hijo de Pradyumna en Dvaraka. Darpaka. Este nombre indica que Cupido puede percibir que es lo que habrá de suceder y evitar que suceda. Concretamente, trata de impedir la actividad espiritual pura, confundiendo la mente individual y obligando al disfrute material de los sentidos. Ananga. En una ocasión, cuando Cupido perturbó la meditación del Señor Siva, ese poderoso semidiós lo redujo a cenizas. De todos modos, Siva le dio a Cupido la bendición de que pudiera actuar en el mundo sin un cuerpo físico. Kama. En el Bhagavad-gita (7.11) el Señor Krsna dice, dharmaviruddho bhutesu kamo ‘ami: “Yo soy la vida sexual que no es contraria a los principios religiosos”. Pañca-saraih. Las cinco flechas con las cuales Cupido hiere la mente de las entidades vivientes son el gusto, el tacto, el sonido, el olfato y la vista. Estos son los cinco nombres de Cupido, que encanta a todas las entidades vivientes y las hace hacer lo que él quiere. Sin recibir la misericordia del guru y de Krsna, nadie puede resistir su poder.
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