Se concluye que la mente es la causa tanto de la existencia material como de la liberación. Debido a la mente, todos estamos sufriendo en el mundo material; por lo tanto, conviene educarla o limpiarla del apego material y ocuparla por completo en el servicio del Señor. Eso se denomina ocupación espiritual. Como se confirma en la Bhagavad-gītā: māṁ ca yo 'vyabhicāreṇa bhakti-yogena sevate sa guṇān samatītyaitān brahma-bhūyāya kalpate «Aquel que se dedica por completo al servicio devocional, firme en todas las circunstancias, trasciende de inmediato las modalidades de la naturaleza material y llega así al plano del Brahman» (Bg. 14.26). Debemos ocupar la mente por completo en actividades conscientes de Kṛṣṇa. Ella será entonces la causa de nuestra liberación, de nuestro regreso al hogar, de vuelta a Dios. Sin embargo, si la mantenemos ocupada en actividades materiales de complacencia de los sentidos, esa misma mente será la causa de nuestro continuo cautiverio, y nos hará permanecer en el mundo material en distintos cuerpos, sufriendo las consecuencias de nuestras diversas acciones.SB 5.11.8 sign.
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