Bajo la influencia de la naturaleza material, las actividades mentales causan la felicidad y la aflicción en el mundo material. Cubierta por la ilusión, la entidad viviente prolonga eternamente su vida condicionada bajo diversas identificaciones. Las entidades vivientes de ese tipo reciben el nombre de nitya-baddha, es decir, eternamente condicionadas. En esencia, la mente es la causa de la vida condicionada; por lo tanto, el proceso del yoga tiene por objeto el control de la mente y los sentidos. Si la mente está controlada, de modo natural los sentidos también lo están; entonces, el alma está a salvo de las reacciones de las actividades piadosas e impías. Si la mente se fija en los pies de loto del Señor Kṛṣṇa (sa vai manaḥ kṛṣṇa-padāravindayoḥ), los sentidos quedan inmediatamente ocupados en el servicio del Señor. Cuando la mente y los sentidos se ocupan en servicio devocional, la entidad viviente se vuelve consciente de Kṛṣṇa. La persona que piensa siempre en Kṛṣṇa se convierte en un yogī perfecto, como se confirma en la Bhagavad-gītā (yoginām api sarveṣāṁ mad-gatenāntarātmanā). La mente, antarātmā, está condicionada por la naturaleza material. Como se afirma en este verso: māyā-racitāntarātmā sva-dehinaṁ saṁsṛti-cakra-kūṭaḥ: La mente, que es muy poderosa, cubre a la entidad viviente y la sumerge en las olas de la existencia material. SB 5.11.6 sign
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