Caitanya Mahaprabhu nació en Mayapur, en el pueblo de Nadia, justo después de ponerse el Sol en el atardecer del 23 de Phalguna, 1407 Sakabda, que corresponde al 18 de febrero de 1486 de la era cristiana. En el momento en que nació había eclipse de Luna, y la gente de Nadia estaba entonces dedicada --como se acostumbra en esas ocasiones-- a bañarse en el Bhagirathi, profiriendo exclamaciones de ¡Haribol! en voz alta. Su padre, Jagannatha Misra, un brahmana pobre de la orden védica, y Su madre, Saci-devi, una buena y ejemplar mujer, descendían ambos de familias brahmanas que residían originalmente en Sylhet. Mahaprabhu era un niño hermoso, y las damas del pueblo iban a verlo con regalos. El padre de Su madre, Pandita Nilambara Cakravarti, un astrólogo de renombre, predijo que el niño sería con el tiempo una gran personalidad y, por consiguiente, le dio el nombre de Visvambhara. Las damas del vecindario le dieron el nombre de Gaurahari debido a Su tez dorada, y Su madre lo llamaba Nimai debido al árbol nimba cerca del cual había nacido. Como el niño era muy hermoso, a todo el mundo le encantaba sobremanera ir a verlo todos los días. A medida que crecía, se convertía en un niño caprichoso y juguetón. A los cinco años fue admitido en un pathasala, donde aprendió bengalí en muy poco tiempo. La mayoría de los biógrafos contemporáneos de Caitanya han mencionado ciertas anécdotas en relación con Él, que son registros sencillos de Sus primeros milagros. Se dice que cuando era aún un niño de brazos lloraba continuamente, y cuando las damas del vecindario exclamaban ¡Haribol! solía dejar de llorar. Así pues, en la casa había un continuo canto de !Haribol! que presagiaba la futura misión del héroe. También se afirma que una vez, cuando Su madre le dio a comer algunos dulces, en lugar de éstos comió barro. Cuando Su madre le preguntó la razón de ello, Él le dijo que como cada dulce no era sino barro transformado, también podía comer barro. Su madre, que además era la esposa de un pandita, explicó que cada artículo en un estado especial se destinaba a un uso especial. La tierra, mientras se encuentra en el estado de una jarra, podía ser empleada como un recipiente de agua, pero en el estado de un ladrillo, semejante uso no sería posible. Por consiguiente, el barro en la forma de dulces se podía emplear como comida, mas no así el barro que se encuentra en sus otros estados. El niño se convenció y, admitiendo lo necio que había sido al comer barro, accedió a no volver a cometer el mismo error en el futuro. También se ha relatado otro acto milagroso. Se dice que un brahmana que estaba de peregrinaje se volvió huésped de la casa del Señor; estando allí, cocinó alimentos y oró dando gracias meditando en Krishna. Mientras tanto, el niño se acercó y se comió el arroz cocido. El brahmana, sorprendido ante el acto del niño, cocinó de nuevo a solicitud de Jagannatha Misra. De nuevo el niño se comió el arroz cocido mientras el brahmana se lo estaba ofreciendo a Krishna por medio de la meditación. El brahmana fue persuadido para que cocinara por tercera vez. En esta ocasión, todos los residentes de la casa se encontraban dormidos, y el niño se le manifestó al viajero como Krishna y lo bendijo. El brahmana se llenó de éxtasis ante la aparición del objeto de su adoración. También se ha referido que dos ladrones se robaron al niño de la puerta de la casa de Su padre con la intención de robarle Sus joyas, y le dieron unos dulces en el camino. El niño hizo uso de Su energía ilusoria y engañó a los ladrones haciendo que se dirigieran de nuevo hacia Su propia casa. Los ladrones, temiendo ser descubiertos, dejaron al niño ahí y huyeron. Otro acto milagroso que se ha descrito es aquel en que el niño pidió y consiguió que Hiranya y Jagadisa le dieran todas las ofrendas que habían reunido para adorar a Krishna en el día de Ekadasi. Cuando tenía sólo cuatro años de edad se sentó sobre unas ollas desechadas por Su madre por ella haberlas considerado profanas. Él le explicó a Su madre que no tenía sentido hablar del carácter sagrado o profano de unas ollas de barro que se habían desechado después de que se terminó de cocinar en ellas. Estas anécdotas abarcan desde Su tierna infancia hasta los cinco años. Al cumplir ocho años, fue admitido en el tola de Gangadasa Pandita en Ganganagara, cerca de la aldea de Mayapur. En dos años se volvió bien versado en retórica y gramática sánscrita. Las lecturas que hizo después de eso fueron de naturaleza autodidacta, y las llevó a cabo en Su propia casa, donde había encontrado libros de gran importancia que pertenecían a Su padre, quien era de por sí un pandita. Parece ser que Él leyó el smrti por Su propia cuenta, así como también el nyaya, en competencia con Sus amigos, que en ese entonces estaban estudiando con el célebre Pandita Raghunatha Siromani. Entonces, a los diez años de edad, Caitanya se convirtió en un erudito aceptable en gramática, retórica, el smrti y el nyaya. Fue después de esto cuando Su hermano mayor, Visvarupa, se fue de la casa y aceptó el asrama (el estado) de un sannyasi (un asceta). Aunque Caitanya era un muchacho muy joven, consoló a Sus parientes diciéndoles que Él los serviría con el objeto de complacer a Dios. Poco tiempo después de eso, Su padre se fue de este mundo. Su madre se puso sumamente triste y Mahaprabhu, con Su alegre carácter habitual, consoló a Su madre viuda. A la edad de 14 o 15 años, Mahaprabhu se casó con Laksmidevi, la hija de Vallabhacarya, también originaria de Nadia. A esta edad se le consideraba uno de los mejores eruditos de Nadia, la renombrada sede de la filosofía nyaya y la erudición sánscrita. Para no hablar de los panditas smarta, todos los naiyayikas temían a enfrentársele en discusiones literarias. Como era un hombre casado, fue a Bengala Oriental, en las riberas del Padma, en busca de riqueza. Allí hizo gala de Su conocimiento y obtuvo una buena suma de dinero. Fue en esta época que predicó el vaisnavismo a intervalos. Después de enseñarle a Tapana Misra los principios del vaisnavismo, le ordenó que se fuera a vivir a Benares. Durante el tiempo en que residió en Bengala Oriental, Su esposa Laksmidevi dejó este mundo a consecuencia de la picadura de una serpiente. Al regresar al hogar, encontró a Su madre en un estado afligido. Él la consoló con una disertación acerca de la incertidumbre de los asuntos humanos. Fue a petición de Su madre que se casó con Visnupriya, la hija de Raja Pandita Sanatana Misra. Sus camaradas se le unieron al regreso de Su pravasa, o estadía en otro lugar. Ahora era tan célebre que se le consideraba el mejor pandita de Nadia. Kesava Misra de Cachemira, que se había dado a sí mismo el nombre de “el gran Digvijayi (el invencible)”, fue a Nadia con el propósito de entablar debates con los panditas de ese lugar. Temerosos del presunto pandita conquistador, los profesores del tola de Nadia se fueron del pueblo con la excusa de haber sido invitados a otros lugares. Kesava se encontró a Mahaprabhu en Mayapur, en el Barokona-ghata (un balneario), y después de un breve debate fue derrotado por el niño, y la humillación lo obligó a salir súbitamente del pueblo. Nimai Pandita era ahora el pandita más importante de Su época.
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